En este mundo, la búsqueda de seguridad y protección se ha convertido en una prioridad para muchos. La industria de seguros, con su promesa de ofrecer tranquilidad financiera ha crecido de manera significativa. Pero existe un increíble seguro de vida que supera a cualquier otro:
La Prima:
La prima es el costo monetario que pagamos para asegurar nuestra vida. Espiritualmente, la Fe en Dios puede considerarse como la prima de nuestra salvación. Ambos conceptos implican un compromiso personal y un acto de confianza.
Protección en la Adversidad:
La póliza de seguro se vuelve más valiosa en tiempos de adversidad, cuando más necesitamos su protección. Del mismo modo, la fe en Dios ofrece consuelo y esperanza en los momentos difíciles.
Responsabilidad y Buen Comportamiento:
La póliza de seguro recompensa el buen comportamiento y la responsabilidad con primas más bajas y beneficios adicionales, con la promesa del pago de una suma asegurada en caso de muerte. Espiritualmente, la recompensa se expresa a través de bendiciones durante toda la vida, con la promesa de una vida eterna después de la muerte.
Exclusión y Salvación:
En los seguros, ciertos riesgos pueden ser excluidos de la cobertura debido a diversas razones. Espiritualmente, no hay exclusiones. El perdón es total, y la posibilidad de salvación eterna está ahí, justo ahora, dándonos la oportunidad de transformarnos en mejores personas.
Colectividad e Iglesia:
En los seguros, al conjunto de asegurados en una misma póliza se les denomina colectividad. De manera similar, al conjunto de creyentes en una misma Fe se les denomina Iglesia.
Cobertura y vigencia:
Las pólizas de seguro de vida deben cumplir con el pago de una prima que ofrece protección y una suma asegurada en caso de muerte, terminando ahí el contrato. La póliza de seguro de vida eterna es gratuita y perpetua. Aún sin que lo merezcamos ha sido pagada por adelantado a través de la sangre de Jesucristo derramada en la cruz, siendo Cristo el contratante y nosotros los titulares de la póliza.
Condiciones Generales:
En los seguros, hay múltiples condiciones generales para hacer válido el pago de la suma asegurada. Con el seguro de vida eterna solo hay que cumplir con lo siguiente:
1) Arrepentirnos de hacer lo malo a pesar de saber hacer lo bueno
2) Pedir a Dios que limpie nuestro corazón y que su Espíritu Santo entre en él
3) A partir de ese momento esforzarnos por vivir una vida de acuerdo con los principios y enseñanzas de Jesucristo.
En Enríquez Lujambio Asesores te podemos dar más información acerca de este importante seguro de vida y guiarte para que lo contrates. Recuerda que es gratuito. Contáctanos.
Comments